Los clones de consolas de videojuegos más descarados, excéntricos y falsos.
Entre el diseño, la réplica y el descaro.
La imitación y réplica de productos originales en la industria de los videojuegos es una práctica tan antigua que ya forma parte de la cultura. En los años 80 y 2000 fue el auge de las imitaciones, muchas veces provenientes de China (por eso hay que tener cuidado con sus productos), con réplicas baratas y, en ocasiones, de decente calidad. Al día de hoy, siguen existiendo algunas de estas copias, por eso les traemos un listado de 5 consolas de videojuegos falsas que nos sorprendieron por su diseño y descaro.
Chintendo Vii
Comencemos por la que tiene el mejor nombre posible. La creatividad fue el punto fuerte de la compañía Chintendo, que lanzó en 2007 en China esta simpática imitación de la Wii de Nintendo. La consola incluía el Vii Sports, un juego en el que podíamos competir en distintos deportes en un entorno tridimensional, como en Wii Sports.
En su momento, la compañía se jactó de crear la mejor réplica de la Wii, aunque su competencia haya sido mínima, por lo que no hay tanto de qué alardear. Para tirar más leña al fuego, su precio no fue nada accesible: 120 euros por una consola de videojuegos falsa. Ni los familiares de los desarrolladores creyeron que era una buena idea comprarla.
PX - 3600
Con un nombre originado por una excéntrica mezcla, la PX-3600 es un maravilloso híbrido entre la Xbox 360 y la Play Station 3, con un giro: reproduce juegos de 8 bits. A pesar de su histrionismo, es una de las consolas de videojuegos falsas menos conocidas en la actualidad, a causa de la escasa producción.
La PX-3600 ofrecía, instalados previamente, 101 juegos de la época de los 8 bits, convirtiéndose en una simpática elección para los gamers más bizarros. La consola desarrollada por Cheer-Tech Industries tenía un valor de 20 euros, por lo que no era una mala opción con la cual entretenerse un rato.
PolyStation
La más inescrupulosa copia de las consolas de videojuegos falsas, la reina de las copias, la madre de la imitación. La PolyStation utilizaba cartuchos similares a los de Nintendo e incluía juegos preinstalados, que, como si fuera poco, se repetían entre ellos. No permitía jugar juegos de PlayStation y ni siquiera poseía una unidad de disco. La estafa hecha consola.
Los años que lleva en el mercado, posicionándose como franquicia (ha hecho réplicas de PS2 y PS3), y lo detallado del plagio en su diseño la han convertido en uno de los clones de consolas más famosos del mercado.
PopStation
Así como la PSP fue la hermana menor de la PS, la PopStation se convirtió en la hermana pequeña de PolyStation. Su objetivo fue imitar la consola portátil de Sony, una tarea en la que fracasó estrepitosamente, ya que solo corría juegos copiados de la GameBoy de los años 90.
Curiosamente, la PopStation es la consola de videojuegos falsa con más reediciones, ya que cuenta con decenas de PopStation 2, 3 y hasta 4. Incluso, algunas de estas ediciones han llegado a ser bastante decentes, aunque, obviamente, alejada de la calidad de PSP.
NE DoubleGames
El timo más descarado desde el final de Mass Effect 3. La NE DoubleGames pretendió replicar al detalle a la grandiosa Nintendo DS que sacudió el mercado en 2005, y lo hizo demasiado bien. La consola presentaba dos pantallas, una superior y una inferior, replicando exactamente a la DS. La estafa radicaba en que solo funcionaba una: la pantalla inferior estaba de adorno, con una única función de hacer más creíble el timo.
Lamentablemente, sus juegos no acompañaban el nivel estético de la réplica, careciendo de calidad técnica y creatividad. Shooters, peleas y deportes por un precio no tan accesible hicieron de la NE DoubleGames una de las peores (pero más conocidas) consolas de videojuegos falsas del mercado.
¿Valen la pena?
Todas estas consolas ofrecen horas de entretenimiento y pueden convertirse en las compañeras ideales para situaciones en las que debemos matar tiempo, como un viaje, una sala de espera, o la fila de un banco. Sin embargo, no debemos pretender mucho más de ellas: falta de potencia y calidad en juegos más avanzados hacen mucha diferencia con una versión original.