Al momento de montar un ordenador de escritorio pieza por pieza, no solemos tener el presupuesto que deseamos. Debido a ello, tenemos que navegar en busca de la opción con mejor relación calidad/precio. En esa búsqueda, muchos caen en la compra de componentes producidos en China, trayéndose con ellos muchos dolores de cabeza. Hoy contaremos por qué hay que tener cuidado con los productos chinos.
Esto parece caer de maduro, pero no está de más repetirlo. Si compramos un producto en China, en caso de tener un inconveniente con su garantía, tendremos que enviarlo a Asia nuevamente. Por más que haya medidas que facilitan estos envíos, como PayPal encargándose de los gastos de envío, nada nos quita la angustia de estar un mes sin nuestra compra —teniendo que embalarla y enviarla nosotros—.
A su vez, el período de garantía, por lo general, es menor en China (entre 3 meses y un año), mientras que en la Unión Europea son dos años en cualquier tienda de hardware.
Si un país podría erigirse como sede de la falsificación, ese sería China. La lucha de las tiendas como Aliexpress o Ebay contra la falsificación es constante pero no del todo efectiva. Siempre hay quién logra vender componentes falsos de productos de calidad, aa un valor de menos de la mitad del original
Procesadores y GPU suelen ser los más perjudicados. El GPU, en el inusual caso que sea legítimo, suele tener un ensamblaje defectuoso como mínimo. Ventilación, ruido y verificación de calidad suelen ser de pésima calidad. Cuidado con los productos chinos, no por nada existe la expresión: “lo barato sale caro”.
Además de los componentes de ordenador falsos, China es un gran exportador de dispositivos de memoria truchos. En 2018, por ejemplo, hubo una gran venta de tarjetas microSD y pendrives de gran capacidad de almacenamiento a precios irrisorios.
Las tarjetas microSD eran imitaciones de las marcas más potentes del mercado, con réplicas exactas del logo y demás detalles de presentación. Sin embargo, no proveían el almacenamiento ni las prestaciones de las originales. Entre las consecuencias más comunes, caben destacar la pérdida de archivos por quedar inaccesibles o corruptos, falta de almacenamiento e incluso fallos en el ordenador.
Lo mismo ocurre con las memorias USB, donde podemos encontrar pendrives que llegan hasta las 2 TB de almacenamiento por 20 euros.
El precio es el primer indicador. Por nuestra naturaleza ahorradora es común inclinarnos por lo más barato, pero el precio suele ser una buena pista para diferenciar un producto falso de uno original —sobre todo si encontramos una diferencia muy grande de valor—.
La información está sobre la mesa y al alcance de todos. Usar frases cliché es bastante odioso, y aún más cuando son ciertas: lo barato sale caro. ¡Ten cuidado con los productos chinos!