El sensacionalismo es un concepto peyorativo que se utiliza desde el periodismo para denostar una práctica poco ortodoxa dentro del arte de lo informativo. Se busca generar impacto, sensación y vender, vender y vender (una herramienta de la que la publicidad y el marketing se han apropiado con titulares en todos los tabloides de occidente) ¿Les suena algo de esto a algo que hablamos en notas pasadas?
Cada uno es producto de su propia trayectoria. Aquí hay una posición muy particular que nos deja pensativos frente a la vida: ¿Vas a ser producto de tu misma experiencia, o de la que te impongan los demás? Aquí los medios informativos juegan un papel importantísimo en el desarrollo de una idea y la mentalidad “de rebaño” que muchas veces nos quieren imponer.
¿Y qué sucede con los videojuegos?
Algo que vemos bastante a menudo en los medios: cuando alguna idea genera cierta “sensación” en redes sociales los medios de comunicación se hacen eco de algún evento polémico y lo exprimen a más no poder. Y con “sensación” me refiero a que se dedican a generar repudio, odio y bronca en los usuarios:. inflaman y tiran alcohol en la herida haciéndola más grande, argumentando desde falacias o suposiciones. No los culpo, es su negocio. Pero deberíamos apagar las noticias cada tanto. Todo esto genera un odio “mainstream” que luego se evapora pero algo queda. Siempre algo queda.
¿Te vas a dejar manipular?
Nunca es inteligente dejarse llevar por un medio sensacionalista, y me estoy refiriendo a cualquier temática: ya sea de política, espectáculo, videojuegos economía, etc. cada medio responde a ciertos intereses (o a los intereses de sus dueños).
Muchas veces encontramos que en en la prensa especializada en videojuegos, como en el cine o en otros formatos, a menudo podemos advertir y anticipar cierto “entusiasmo” exagerado, a veces para seguir con la corriente de la noticia y de la que todo el mundo está interesado o porque sencillamente no quieren quedar mal con la agencia de prensa que les envió el código de juego para prensa. De todas formas, el buen periodismo se debe a sus lectores y en ciertas ocasiones esto se confunde o tergiversa. Los lectores deben ser lo más objetivo posible frente a una noticia, dentro de la subjetividad natural que expresa toda persona. Los lectores gastan su dinero en eso que el medio recomienda efusivamente, y no siempre es una mirada imparcial sobre el hecho.
Siempre es rentable y parece que la cosa no va a cambiar, entonces todo recae en el lector, que no debe creer en todo lo que oye o lee sino sacar tomar posición y sacar sus propias conclusiones