Es posible pensar esto debido a su desarrollo y el goce que causan en sus usuarios.

Los videojuegos y su relación con el arte.

El desarrollo de los videojuegos es algo que ha alcanzado una expansión y un impacto inusitado en la cultura digital actual. Son miles los títulos que se han creado. Se cuentan por millones las personas que son jugadores asiduos, ocasionales o profesionales de este género de entretenimiento. Algunos de los títulos más renombrados han alcanzado un grado de complejidad y de perfección que causa en sus consumidores algo que se puede describir como placer estético. Por todo eso, es justo preguntarse si son los videojuegos una nueva forma de arte.

Sin embargo, como todas las temáticas relacionadas con el arte, esta no es una pregunta fácil de responder. Para intentarlo es bueno tener en cuenta algunas consideraciones. La primera, ¿qué tienen en común el juego y el arte? Por lo que sabemos mucho. El arte es una actividad lúdica por excelencia, esto lo pueden decir con certeza los artistas, los consumidores de arte y lo teóricos que sobre esta práctica reflexionan. El arte es una forma de juego, o al menos, su encuentro plantea a quienes lo disfrutan, una situación muy similar a la de aquellos que juegan.

Artes de nuevos medios y videojuegos.

Otra forma de abordar la pregunta, es poner en relieve qué tienen en común los videojuegos con algunos géneros de arte. Hoy día, encontraremos que existe todo un género del arte que utiliza tecnologías digitales, los new media arts. Una tendencia que engloba prácticas como el net art (arte hecho para Internet), video art, arte digital, arte hecho con tecnologías cognitivas, entre otras formas de arte hecho con el uso de las tecnologías digitales. Con estas formas de arte, los videojuegos comparten el uso de las tecnologías de computación, la internet y el formato digital.Además, hacen uso de la integración de diversas técnicas, y medios para lograr el desarrollo de sus narrativas o historiasEstas van desde el uso de recursos propios de la literatura, o del cine, para contar las historias. Animación gráfica que se vale de tecnologías desarrolladas para otros géneros, como el cine, o el net art, o la fotografía y la arquitectura digital.

¿Y la experiencia estética? No todo lo que brilla es oro.

Sin embargo, al igual que con muchos otros productos culturales, incluso los que se proponen como obras de arte, no todos alcanzan un nivel de maestría en su ejecución al punto de poder ser considerados obras maestras. Solo aquellos que son considerados como brillantes muestras de su género, y que cautivan a sus consumidores, podrían tener esa consideración. Ese cautivar no es otra cosa que la experiencia estética.

Aquí hemos  topado con el otro elemento que debe ser considerado. Si bien, el juego y el arte tienen muchas similitudes. Es importante decir, que no son la misma cosa. Los juegos no son arte. Aquello que distingue una práctica de otra es el goce o disfrute estético. Este tipo de experiencias tienen que ver con una cierta capacidad que tienen  de conmover hasta la última fibra de quienes la experimentan.

La experiencia estética de los videojuegos tiene dos componentes, uno relativo a los atributos del objeto estético, y el otro de la percepción por parte de quien lo experimenta y siente el placer cuando lo disfruta. Para que una experiencia estética tenga lugar debe haber sintonía entre la propuesta estética y quien la percibe.

Quienes están familiarizados con algún género de arte particular, tienen la capacidad de distinguir aquello que bueno, de lo que es único y especial. Por eso, se logran consensos sobre cuáles son las grandes obras de arte.

Bandas sonoras y gráficos tan realistas que podrían llegar a ser arte.

Teniendo en cuenta que el gusto de cada uno siempre variará y habrá quienes sean capaces de encontrar arte en un pixel, los juegos de a continuación están muy cerca de ser una verdadera obra maestra.

Final Fantasy

Como tal Final Fantasy es una saga, cada título siempre ha intentado mantener su magia y aunque en algunas entregas no siempre lo han conseguido,  casi siempre ha terminado acompañando en todas las ocasiones una banda sonora realizada por Nobuo Uematsu que puede dejar a cualquiera estupefacto.

Chrono Trigger

Un videojuego que tenía mucho que compartir con Secret of Mana y Secret of Evermore, que en la actualidad podría enamorar a cualquiera, también disponía de un buen repertorio de música.

Legend of Dragoon

Un RPG no conocido por muchos, pero quienes fueron capaces de jugarlo en su día aún siguen alabándolo. Al igual que con FF7 hay iniciativas y muchas ganas que se haga un remake del mismo, el juego a día de hoy no ha envejecido nada mal y si estás buscando donde invertir tu tiempo es un candidato ideal. Dejó mella.

Pueden ser algunos videojuegos obras de arte.

Por todo lo dicho, si bien, no todos los videojuegos pueden ser considerados obras de arte. Ni siquiera los mejores títulos lo son necesariamente. Si es posible que, algún videojuego, en tanto objeto digital, producido con nuevos medios y nuevas tecnologías. Logre causar un goce estético, un disfrute, que lo eleve a tal condición.

Para eso es necesario que haya cierta intención en sus creadores. También, que quienes los juegan alcancen un consenso en que su consumo causa un placer o goce que se da en diversos niveles o aspectos de nuestra percepción, que logra entrar en sintonía  con la propuesta del juego. Este tipo de acoplamiento se debe dar con  los estratos de lo material,  lo orgánico, lo sensorial y lo racional cultural que conforman tanto al producto estético digital, como nuestra percepción. Si es este el caso, con seguridad un título de videojuego será apreciado y disfrutado como una verdadera obra de arte.

Más aún, es posible que en el futuro, algunas de estas piezas sean adoptadas como parte del canon del género de los new media arts. 

De modo que, cuando tengas la oportunidad, no dudes en comprar videojuegos de oportunidad, aquellos títulos que consideras que por sus aportes, su calidad, el disfrute que producen, o simplemente porque te gustan. Pudiesen llegar a ocupar un lugar privilegiado dentro de la cultura digital actual, bien como ejemplares del género de los videojuegos, o incluso, como verdaderas obras de arte.