¿Cómo John Romero y John Carmack lograron con un videojuego de disparos un cambio en la industria? Otro videojuego de culto.
Violencia, demonios y gore fundamentan el éxito
La navidad de 1993 fue el contexto temporal para una sacudida en la industria de los videojuegos: en diciembre de ese mismo año id Software lanzó un FPS (First Personal Shooter) violento, oscuro y genial. Había llegado a nuestras vidas el Doom para cambiar absolutamente todo, dando vuelta los conceptos hasta ese momento establecidos y convertirse en un elemento fundamental de la historia del gaming. Hoy les contaremos nuestras razones para considerarlo como el padre de los shooters.
Un origen de película
Doom surge de la unión creativa entre John Romero y John Carmack, dos programadores prodigio que tenían un mismo interés: desarrollar y evolucionar la industria del videojuego.
Romero era un apasionado del gaming desde pequeño, por lo que ingresó en el terreno de la programación para crear sus propios videojuegos. Para sorpresa de nadie, desde joven resultó tener un talento natural para la programación, publicando su primer juego a los 16 años. Sus reconocimientos, actitud y apariencia le otorgaron un status de “rockstar” del mundo de la programación y el gaming.
Por otro lado Carmack era un apasionado de la tecnología y la informática. Su obsesión por el conocimiento era tan grande que llegó a pasar un año en una correccional por robar ordenadores Apple II, a los 14 años.
Esta maravillosa dupla que combinaba extravagancia, genialidad y ambición tuvo origen en Softdisk, una compañía de desarrollo de videojuegos en la que ambos trabajaron en su juventud. La unión de sus talentos daba lugar a un duo que se complementaba a la perfección, los Jordan y Pippen de la programación.
A raíz de su gran relación, tiene mucho sentido que hayan unido fuerzas para fundar su propia empresa, id Software, en febrero de 1991, de la que surgiría al padre de los shooters.
Cambió la historia
Desde su lanzamiento en diciembre de 1993, la franquicia se convirtió en el principal referente de los juegos de disparos en primera persona. ¿Cómo? A partir de la combinación perfecta entre los avances tecnológicos (por parte de Carmack) y una revolución cultural generacional (visionada por Romero).
La diversión de hacer explotar enemigos hacía que la violencia y el gore se convirtieran en entretenimiento puro y no algo que temer. De este modo, sentó los cimientos característicos que podemos ver al día de hoy en juegos de la misma índole. En consecuencia, su carácter desenfadado y violento era mentalmente entretenido, culturalmente renovador y generacionalmente perenne.
Tomando los mejores elementos del Wolfestein y explotando al máximo los recursos del hardware de la época, el juego revolucionó el Internet en los momentos primigenios de la red.
Código Open Source
Sin embargo, la grandeza que colocó a Doom en las páginas de la historia grande no se limitó a su jugabilidad e innovación. Romero y Carmack siempre estaban un paso adelantados, por lo que tomaron la decisión de poner el juego como código abierto: cualquier usuario tenía acceso a las líneas de programación. De este modo, podían crear sus propios niveles y compartirlos online. Sin saberlo, Doom generó la creación de modders antes de que el término existiera.
Modo Deadmatch
Además, otra característica en la que el juego de Carmack y Romero fue pionero fue su modo deathmatch, el modo competitivo clásico en todos los shooter de la actualidad. Esta modalidad multijugador catapultó a Doom al estrellato, al ser el primer videojuego que la incluyó, garantizando horas de entretenimiento y competencia para sus jugadores.
Su esencia volvió con el paso del tiempo.
Las siguientes secuelas del título original continuaron marcando tendencia en materia de videojuegos de disparos. El último título de la saga hasta Doom 3, fue lanzado en 2004, con un nuevo motor gráfico y un enfoque más oscuro que sus ediciones anteriores. No obstante, la saga no consiguió alcanzar las elevadas expectativas generadas por las primeras versiones, de modo que id Software se abocó a mejorar otros títulos como Rage o Quake.
Cuando en mayo de 2016 fue lanzada la nueva edición de Doom, las expectativas e ilusión eran increíbles: el padre de los shooters había vuelto. La brutalidad, característica había vuelto, las tarjetas de colores para abrir puertas y caminos volvieron y la vida se recuperaba con botiquines: el paquete completo.
Doom Eternal, presentado en marzo de este 2020 continúa los elementos clásicos de ciencia ficción, la galería de enemigos grotescos y añade la posibilidad de ejecutar a los rivales, dándonos verdaderos baños de sangre. Como si fuera poco, retoma el maravilloso aspecto de portada de álbum de heavy metal para los escenarios, con una demonología pop, repleta de pentagramas, llamaradas y ríos de lava.