Existe una leyenda en torno a los videojuegos y su influencia perniciosa en los niños. Maestros y psicólogos infantiles, así como muchos padres, mantienen la creencia de que cierto tipo de títulos tienen una influencia negativa sobre el desarrollo de la personalidad, por eso se consideran peligrosos y la causa de conductas violentas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Aunque si influyen en el desarrollo cognitivo de los jóvenes, si se hace un uso adecuado de ellos, los Videjuegos para niños pueden ser una herramienta educativa positiva.

Se puede llegar a pensar que, en efecto, existen algunos videojuegos que han sido diseñados como materiales didácticos, y estos por su intención y contenido son positivos. Esto, obviamente, es cierto. 

Pero una visión positiva acerca de los videojuegos no se debe limitar a los que tienen un objetivo educativo. Sino, que por el contrario, casi todos los títulos tienen algo positivo que aportar, como señala Sofía García-Bullé, en el portal mexicano, Observatorio de Innovación Educativa.

Esto se debe a que los videojuegos, en general, contienen un conjunto de factores positivos para los procesos educativos. En primer lugar, todos los videojuegos representan un reto, lo cual se puede traducir en una motivación para el logro, superar escollos y adquirir habilidades para lograr un fin planteado. Por lo cual, todo videojuego es un estímulo motivador que bien utilizado puede ser de mucha ayuda en el desarrollo de la personalidad de los más pequeños. En segundo lugar, el dominio de las habilidades necesarias para lograr dominar un videojuego, implica un desarrollo de una serie de aspectos cognitivos que son muy importantes y necesarios. 

Se trata del desarrollo de un pensamiento analítico, capaz de identificar un problema, evaluar sus causas, posibles soluciones, ponderar los medios y recursos de los que se dispone. Para luego trazar una estrategia, normalmente, estructurada en fases, y desarrollarla haciendo continuamente evaluación de los resultados y reajustes para alcanzar los objetivos.

Jugar videojuegos ayuda a los niños a desarrollar estrategias de socialización.

Además, los videojuegos ayudan al desarrollo de otros procesos de socialización que implican importantes habilidades comunicativas y de organización. Una partida en línea, requiere de la capacidad de organizar grupos de trabajo, ejercer liderazgo, tener actitudes colaborativas y altruistas, para lograr un bien común.

Más allá de este tipo de habilidades complejas. También se ha demostrado, que los videojuegos ayudan a mejorar ciertos procesos cognitivos que se dan en el cerebro. Percepción periférica, velocidad de reacción, habilidad para manejar múltiples escenarios y toma de decisiones bajo presión. Además de una mejor coordinación ojo-mano, y en general amplio desarrollo de habilidades psicomotrices.