El producto de Visual Concepts se supera año a año, articulando jugabilidad, espectáculo y realismo. Un videojuego deportivo de éxito.
Lo bueno, lo malo y lo grandioso.
Podría decirse que pocas compañías han llevado tan lejos sus intentos de simulación, realidad, complejidad y accesibilidad como 2K y Visual Concepts. La atención al detalle, el deseo de perfección y la inmensa cantidad de contenido hacen de las últimas ediciones de NBA 2K unos videojuegos ambiciosos y colocan a la franquicia entre los mejores juegos deportivos de la historia.
Con respecto al entretenimiento, nos encontraremos con mucha diversión, ya que presenta espectáculo puro, —como la NBA misma—. No pretenden ser demasiado innovadores (¿por qué serlo, si las ediciones pasadas funcionan tan bien?), pero refinan los aciertos y corrigen sus errores.
En definitiva, el apartado gráfico, su jugabilidad y su narrativa (siempre apreciable en un simulador deportivo) hacen de 2K una verdadera oda al baloncesto. Estas son las razones.
Apartado gráfico
El parecido de los jugadores es superlativo, y va más allá de los detalles de los tatuajes o las gotas de sudor. En NBA 2K podemos apreciar verdaderamente los distintos tipos de cuerpo, replicando al detalle las anatomías de los jugadores. Desde bases pequeños y flacos como Stephen Curry, hasta moles de músculo y fibra como Giannis Antetokounmpo, todos tienen los ajustes correspondientes para verse reales.
Además, los periféricos del partido como las animadoras, los comentaristas, las mascotas y los aficionados lucen espectaculares, creando una experiencia muy similar a la de un verdadero partido de la mejor liga del mundo.
Jugabilidad
Es menester avisar que la curva de aprendizaje de NBA 2K es algo más exigente que otros simuladores deportivos, por lo que si son principiantes en la franquicia de Visual Concepts, tómenselo con calma. La innumerable cantidad de opciones en la cancha de juego otorgan una gran versatilidad, pero hay que saber dominarlas. De todos modos, es posible disfrutar una sensacional experiencia sin ser el jugador más experto.
El apartado físico es otro sector donde 2K se separa de sus competidores deportivos, otorgando un realismo en las sensaciones de juego que pocas veces se ha visto. Casi puede sentirse el cansancio de los jugadores en la lucha por los rebotes, los bloqueos al balón y al correr la cancha una y otra vez.
Por otro lado, desde su versión 2K19, los jugadores pueden entrar en estados de juego extremos, tal como lo podemos ver en la vida real. Esas rachas de 5 tiros acertados consecutivos por Stephen Curry son muy bien replicadas en el juego, donde jugador y usuario parecen que no van a volver a fallar. Por el contrario, también es posible tener una de esas noches en las que el aro está cerrado y por más que juguemos con Ray Allen, tendremos malos porcentajes de tiro.
Este concepto se traslada a otras áreas del partido, en las que un jugador puede tener una noche inspirada en defensa o bajando todos los rebotes del aro. Una pequeña incorporación que resulta en una experiencia muy cercana a la realidad y colocan al título norteamericano como uno de los mejores juegos deportivos que se han visto.
Modos de juego.
Mi GM
Uno de los puntos fuertes de la franquicia es el modo MI GM: Un Nuevo Capítulo, en donde encarnaremos el rol de un general manager de un equipo NBA, en una experiencia narrativa y cinemática. Es un modo similar al de Mi Jugador, pero dirigido a los despachos de una franquicia. Con una trama repleta de entretenimiento y de clichés (oiga, que no es un guion de Hollywood esto), podremos fichar jugadores, crear un playbook y armar rotaciones: el paquete completo.
Mi Carrera
Sin embargo, la verdadera estrella de 2K en los últimos años ha sido el modo Mi Carrera, que cuenta con dos modalidades. Una de ellas es El Barrio, un entorno en el que nos encontramos con otros jugadores y podemos hacer básicamente lo que nos dé la gana. 2K Sports ha unido en un solo lugar los modos Mi Carrera, Mi Parque y Pro-Arm, dando lugar a la mejor experiencia del juego.
Con la posibilidad de crear un personaje que se vea similar a nosotros (gracias a la app MyNBA2K), conseguimos una versión virtual de nuestra persona que tendrá la aventura basquetbolística que siempre quisimos.
El barrio consiste en un reducido número de calles, en las que hay un gimnasio, un edificio de entrenamiento para mejorar habilidades colectivas e individuales, una zona recreativa con minijuegos y nuestro propio hogar. Además de la opción de personalizar nuestra casa, el barrio cuenta con un estudio de grabación de música, tiendas Foot Locker, NBA, canchas callejeras de Mi Parque y un pabellón Pro-Arm, donde nos enfrentaremos contra otros jugadores. Una infinidad de opciones para no despegarnos de la pantalla.
El objetivo es llegar a la media de 99 y ser el mejor jugador posible, y para lograrlo tendremos unos cuantos desafíos. Conseguir la titularidad, ser All Stars de la liga, ganar unos campeonatos, crear una canción musical, firmar acuerdos publicitarios: todo el paquete de experiencias que atraviesa una estrella de la liga.
Por otro lado, el modo Mi Carrera también cuenta con una modalidad en la que encarnaremos a un jugador cuyo objetivo es ingresar y causar un impacto en la liga. Sin embargo, la travesía no es nada fácil, ya que en la noche del Draft nuestro personaje es pasado por alto por todas las franquicias y termina desembarcando en la liga china. Un buen guiño a la realidad de muchos jóvenes profesionales. ¿Podremos romper las probabilidades de triunfar tanto en China como para que la NBA vuelva a interesarse en nosotros? Una de las tantas razones por las que NBA 2K es de los mejores juegos deportivos: desafíos complejos que prometen horas de juego y entretenimiento
Los desaciertos.
La única piedra que encontramos en el zapato de 2K es el asunto de los micropagos en algunas de sus versiones (principalmente el 2K18). Todos los progresos posibles en los Modos Mi Carrera y Mi Equipo (los principales junto a Mi GM) involucraban la moneda virtual del juego. De este modo, si deseábamos que nuestra versión virtual vaya aumentando su nivel teníamos que invertir esta monedas.
El resultado era un barrio en el que los jugadores que más dinero invertían tenían mejores skills que los demás, generando una ventaja competitiva superlativa y difícil de equiparar en las canchas callejeras o el Pro-Arm. Con esta modalidad, 2K estaba cerca de convertirse en un pay to win hecho y derecho, pero en su versión 2K19 corrigieron algunas de estas fallas, generando un progreso más natural. No obstante, es una licencia que suelen permitirse los desarrolladores del juego, al no tener otro rival que les compita por el público basquetbolístico. Hasta los mejores juegos deportivos tienen su errores.
Asimismo, los más fanáticos del baloncesto europeo lamentaremos la ausencia de las selecciones internacionales y los equipos de Euroliga. Si bien en muchos casos eran plantillas desactualizadas y, en ocasiones, con errores groseros (como un Rudy Fernández afroamericano), era una inclusión muy agradable y su ausencia se lamenta. Sin embargo, en algunas ediciones han incluido a la WNBA, por lo que su cuota de ligas y equipos extras está más que cumplida.
Como Magic, Jordan y Lebron juntos.
Como Magic en los ’80, Jordan en los ’90 y Lebron en los 2000, 2K Sports y Visual Concepts dominan la liga de simuladores deportivos a gusto y placer. Innovaciones, correcciones y un verdadero amor propio por su producto construyen uno de los mejores juegos deportivos que se han visto hasta la fecha. A medida que los años pasan, esperar al nuevo NBA 2K es aguardar la llegada de un producto mejorado, reinventado y espectacular, como lo es la misma NBA.
Lo único que le falta a Visual Concepts es crear una modalidad que refleje la Burbuja de Disney en la que están sumergidos los equipos durante estos pandémicos playoffs. Y que no os sorprenda si lo hacen para el año que viene, nosotros ya os avisaremos.